Es viernes, estoy cansada, agotada de tanto ir y venir.
Distraída escucho algo y levanto instintivamente la cabeza.
Nadie en el tren parece haberse percatado, pero yo no dejo de sorprenderme.
Vendedores ambulantes hay muchos, es cierto, pero ciegos vendiendo lupas solo uno.
"Para que puedan ver la letra chica"
Repite insistentemente el fulano.
Y no sé si será que me estoy quedando chicata o
será simplemente una venganza del destino, pero el foco me traicionó
y solo puedo dejarles una imagen del momento
que seguramente necesita un poco de esfuerzo, pero vale la pena.
Hasta la vista, baby!
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