Esta es la idea




Desde pequeña, la famosa frase "una imagen vale más que mil palabras" se me fué metiendo en la cabeza y ya no pude pensar en otra cosa...

Con los 21 años llegó a mis manos una Pentax K1000 que me abrió todo un nuevo mundo, un mundo maravilloso, repleto de imágenes y posibilidades de expresión.

El tiempo pasó, las cámaras hoy son más, pero la curiosidad y la necesidad de transmitir siguen intactas en mí desde aquel día.Por eso quiero compartir algunas visiones de ese mundo con Uds, espero les sean de provecho...


lunes, 6 de agosto de 2012

Descubrir a los otros en el caos



Paro de subtes, descarrilamiento de tren, colectivos desbordados y peatones como hormigas por todas partes.
El caos de la falta de transporte despertó en mi, primero, el mal humor, y luego, tras el amodorramiento del laaaaargo viaje al centro, una curiosidad inpensada.
¿De dónde salió toda esta gente? Como si nunca hubiera pensado en ello, de pronto reflexiono en la maravilla que significa el orden. No es una palabra amigable, pero debemos admitir, es indispensable algunas veces.
Esta vez es una de esas. Los caminos diarios de los y las mortales de Capital Federal y Gran Buenos Aires se cruzan y serpentean paralelos, sin chocarse, con un ritmo invisible y mágico que garantiza, con algunas fallas excepcionales, que cada uno llegue a destino.
Pareciera que solo en estas circunstancias se expone patente el instinto gregario del ser humano. Me pregunto que nos lleva a amontonarnos de esta manera.
Ensayo respuestas pero ninguna me convence. Amor, dinero, soledad, etc. Todas justifican, ninguna alcanza.
Por ahora, prefiero seguir en la pregunta mientras me dispongo a salir de mi rincón preparada con una buena lectura y mucha paciencia para sumergirme en el caos.
Pou

viernes, 27 de abril de 2012

No hay peor ciego que el que no quiere ver



Es viernes, estoy cansada, agotada de tanto ir y venir.
Distraída escucho algo y levanto instintivamente la cabeza.
Nadie en el tren parece haberse percatado, pero yo no dejo de sorprenderme.
Vendedores ambulantes hay muchos, es cierto, pero ciegos vendiendo lupas solo uno.
"Para que puedan ver la letra chica"
Repite insistentemente el fulano.
Y no sé si será que me estoy quedando chicata o
será simplemente una venganza del destino, pero el foco me traicionó
y solo puedo dejarles una imagen del momento
que seguramente necesita un poco de esfuerzo, pero vale la pena.
Hasta la vista, baby!

martes, 17 de abril de 2012

El arbolito del trámite


No se si son los años, no se si son las mañas, pero me están pesando algunas cosas. Igualmente no soy original, ya verán que a cualquiera le pesan las cuestiones que pasare a exponer.
Resulta ser que por razones de índole más bien personal y privada, que les evitare para economizar, me di a la tarea de realizar una serie ininterrumpida de trámites.
La tarea parecía sencilla de acuerdo a la guía de trámites colgada en la versión 2.0 de oficina pública primera en la lista kafkiana. Lo que no decía la guía, ni siquiera en la letra chica, que los compañeros trabajadores de dicha oficina estarían haciendo paro 3 de los 5 días hábiles que normalmente, y con viento a favor, atienden. Eso seria solo una anécdota, lo de embocar el día activo digamos, si no se complementara con el resto del periplo burocrático.
Que el formulario debía bajarse en duplicado por Internet (todo el mundo tiene y sino andate a un ciber), que tiene 10 días de vencimiento (con o sin paro corren lo mismo), que debe estar firmado por profesional (siempre con firma certificada por colegio publico y su correspondiente arancel), que se deben acompañar copias originales y protocolares (muy formales ellas), que falta dictamen de precalificación (acá no entra cualquiera), que la declaración jurada (jurada me la tienen a mi que me pasean por toda la ciudad con este tramite).
Les ahorro un par de requisitos que total siempre falta alguno cuando se presentan los papeles y hay que volver al otro día, cruzando los dedos y apelando a la buena voluntad del funcionario que se apiada de los sufridos ciudadanos y reparte los únicos 150 numeritos diarios antes de abrir.
Si hasta aquí se han cansado, les recomiendo que se arremanguen porque esto recién comienza.
La segunda oficina tiene fama, y no en vano, de ser un laberinto macabro. Lo mas curioso que tiene son las pautas para los tramites, siempre hay condimentos que solo quienes trabajan allí conocen y nos retacean, creo yo, por un mero gusto sádico. La lógica de la claridad no se aplica en términos generales a lo que nos solicitan para avanzar en nuestro denodado trámite.
Que si no tenes CUIT no existís (a pesar de que toda tu humanidad esta frente a su rostro), que le falta un sello en alguna de las hojas (y así no se puede), que hace falta fotocopia del DNI de alguien (alguien que solo trajo su cedula por supuesto), que hay que dar de alta un impuesto (sonamos), que luego hay que pedir la exención del mismo impuesto (pongámonos de acuerdo), que no anda el sistema (de eso ya nos habíamos dado cuenta desde el principio, el problema ES el sistema).
La tercer oficina es claramente una picadora de carne, aunque pretenda justamente todo lo contrario con sus carteles de calidad de atención. Como se imaginaran esta orientada al cuidado de la salud, y ahí es donde he perdido la mayoría de la que a mi me queda, al menos en cuanto a la mental me refiero.
Que no consta respuesta de la compañía (que vive de no responder y cobrar todos los meses por ello), que el certificado medico ya esta vencido porque es del mes pasado (y estamos a dos del mes siguiente), que la contingencia no esta en la lista (por eso es contingente), que tiene que venir el damnificado personalmente (aunque se trate de alguien que esta en coma), que fue mal denunciado el siniestro (cuando el siniestro es el que lo denuncio mal).
No quiero aburrirlos o espantarlos mas, quien sabe no tengan que deambular por alguno de estos tugurios pronto.
Suena a consuelo de tontos que sea mal de muchos, pero compartiendo mis angustias cotidianas con otros sufrientes ciudadanos he descubierto que las formas y mecanismos torturantes son mas variados siquiera de lo que imaginamos y todavía mas aceptados por la humanidad en su conjunto con actitud corderil.
Ni que hablar del supremo momento de poder que disfruta el empleado de turno que con tu formulario en sus manos es poco menos que el dios del universo burocrático, así que mas te vale que haya dormido bien y que le caigas simpática porque sino no te puedo prometer nada viste, no depende de mi, como si se tratara de un favor y no un servicio, o hubiera un ser superior de los tramites al cual prenderle una velita por las dudas.
Los casos, como me gusta llamarlos, abarcan distintas experiencias, todas olvidables, aunque algunas dignas de convertirse en película protagonizada por Darin, y quien sabe con un oscar en potencia que redima tanto sufrimiento.
Tampoco voy a negar que no he pasado gratos momentos en estas aventuras, la adrenalina de correr para llegar antes del horario de cierre no tiene precio por ejemplo. O aquella conversación inigualable con un desconocido sentado fortuitamente junto a nuestra amargura y ansiedad.
Ya deseche teorías conspirativas, existencia de la OSA (Organización para el Sufrimiento Argentino) y otras tantas maniobras seudo organizadas. Lo mas estratégico que tienen los tramites para sobrevivir es su desconexión entre oficina y oficina, nada se relaciona entre si, y eso fortalece el carácter laberíntico del emprendimiento.
Pero al final, no se si por cansancio o por empeño, termino comprendiendo las particularidades del proceso, volviéndome una especialista en la materia laberíntica, aunque tal vez sea demasiado tarde y nunca mas quiera volver a hacer un tramite en mi vida.
Concluyendo, después de tantas horas de espera, viajes fallidos y esperanzas truncas; considero que lo que mas me consterna no es el tiempo desusado sino la ingenuidad perdida. Como en el viejo skecht de Pepe Biondi (jóvenes borregos googlear por favor) me resigno a aceptar que nunca voy a completar el trámite para plantar el arbolito, pero mientras tanto puedo conformarme con el arbolito del trámite que me hizo ir por las ramas esta noche.

viernes, 29 de abril de 2011

Animaladas


Hace rato que los observo y me pregunto... lo mismo que cualquiera ¿qué piensan los bichos?
Bueno, tal vez no todo el mundo piensa en esas cosas, pero yo acostumbro hacerlo. Creo que es una sana costumbre después de todo, no hace mal a nadie y me permite imaginar un mundo raro y cercano.
La mirada de un perro, como el salteño de la foto, las actitudes de mi gata y el canto de los pajarracos cuando vuelvo a casa de madrugada por ejemplo me sugieren mensajes en idioma animal.
Los ruegos de una bestia con hambre, los mimos incondicionales de tu mascota o el griterío delator de los benteveos en la mañana después de la juerga indudablemente demuestran que los animales piensan. De otra manera ¿cómo se explica la oportunidad y empatía de su comportamiento?
Asi que estoy llegando a un convencimiento: los bichos piensan, e incluso sienten.
Y que quede claro que esto no es una animalada. Usamos esa palabra para definir acciones que de tan horribles e inaceptables para el género humano, pretendemos desligarnos de responsabilidad atribuyéndosela a los pobres bichos que nada tienen que ver con el asunto. Guerras, bombas, pobreza y esclavitud, por nombrar algunas, no son acciones que precisamente lleven a cabo los animales.
Hoy mas que nunca los defiendo a los bichos, nada de animaladas, que ellos piensan, sienten pero no odian.

martes, 22 de marzo de 2011

Argentina la memoriosa


¿Qué somos sino nuestra memoria?
Según algunos filósofos la capacidad de recordar es lo que nos identifica y nos ayuda a reconocernos día a día. Imagínense sino tener que empezar cada día de cero, porque no sabemos nuestro nombre, quienes son nuestros amigos, nuestra familia, que nos gusta y que nos disgusta.
Algo que parece tan evidente respecto a lo individual, resulta más complejo cuando se vuelve colectivo. En parte porque la historia (de la que tenemos que tener memoria), la cuentan los que ganan, eso creo que también lo dijo algún filósofo... y sino lo escuché por ahí y me gustó.
Ahora, lo pensé mejor, y eso de ganar o perder me remite a un juego, macabro, una guerra, y a la famosa teoría de los dos demonios. Así que sobre el pucho, propongo otra forma de pensarlo...
La cuestión sería mas simple, saber quienes somos solo es posible gracias a los recuerdos de pequeños detalles continuados en el tiempo, al estilo "Funes el memorioso" del cuento de Borges, pero sin perdernos en la borágine y resaltando lo que de verdad es importante. Entonces no olvidemos lo que ocurrió en Argentina hace aproximadamente 35 años, porque esa memoria nos define como país, nos define y determina.
 Somos los que somos por lo que hicimos ayer, por lo que hicieron otros antes de ayer y también por lo que pensamos hacer hoy.
Yo hoy voy a recordar, voy a hacer memoria, para asegurarme de quien soy, para identificarme, para reencontrarme, para encontrar la verdad, para que haya justicia;
de cualquier otra forma me sentiría una completa extraña...

miércoles, 16 de febrero de 2011

El año de los chinos, de nuevo...

Con el cambio de los signos del zodiaco que parece haber ocurrido, al menos a mi no me consta todavia porque ningún astrologo de confianza me lo confirmó, me siento un poco perdida.
Entonces, para encontrame, decidí recurrir a quienes hace tiempo hallaron su camino, estos son los chinos.
Sin meterme en cuestiones políticas, ni filosóficas, ni económicas, quiero resaltar que se trata de un pueblo ingenioso y trabajador, respetuoso de su pasado y consciente de su futuro.
Para ellos, el 3 de febrero comenzaron los festejos del año del Conejo o la Liebre de Metal. Me caen simpáticon esos bichos, no se bien porque, pero es así.
Me choca un poco lo del metal, tal vez porque suena un poco frío (no puedo dejar de imaginarme un robotito oriental con forma de conejo, de todo son capaces los chinos!).
En fin, les dejo esta postal de una niña china preparandose para desfilar en los festejos de nuestro bicentenario de la patria. Por si no lo sabían la comunidad china es la primera en cantidad de inmigrantes en nuestro país.
Asi que les recomiendo leer "Una novela china" de César Aira y disfrutar de la vida sin correr la liebre.
Pou

martes, 19 de octubre de 2010

A simple vista

Caminando con la cámara en la cartera me suelo encontrar con las mejores imágenes. Llega un momento dado en que el ojo se acostumbra a ver fotos por todas partes. Asi es como por ejemplo registré esta mascota juninense en una tarde de domingo.
Beso
Pou